El libro reúne una serie de ensayos en los que se pone de manifiesto el lugar cambiante que ha ocupado la historia en las culturas de los siglos XIX y XX. En la mayor parte de los campos artísticos e intelectuales, sostiene el autor, los europeos y norteamericanos del siglo XX han pensado sin la historia. La arquitectura, la música, la ciencia y el arte modernos se han definido así mismos no como algo surgido del pasado o como reacción ante ese sino como movimientos distanciados del mismo dentro de un espacio cultural nuevo y autónomo. Contrasta de forma extraordinaria con el historicismo del siglo XIX en el que las ideas sobre el pasado dominaban la mayor parte de los campos del pensamiento desde, la filosofía y la política hasta el arte, la música y la literatura. Sin embargo, Schorske muestra que el apego del siglo XIX a pensar con la historia y la actitud de la modernidad de pensar sin la historia son algo más que mera antítesis. Son formas diferentes mediante las cuales se trata de abordar los problemas de la modernidad con el fin de dar forma y significado a la civilización europea.