Se refiere al espíritu guerrerista que despiertan las elecciones, la política electoral. Al acompañamiento de elecciones con estallidos de violencia que considera, lejos de ser algo típicamente colombiano,un fenómeno presente siempre en la historia electoral. De otra parte, trata el caso colombiano, en el que la fragilidad del orden público durante las elecciones encontraba expresión en su forma más extrema con el estallido de guerras civiles. Considera que, además de otros factores, y sin excluirlos, ni demeritar su importancia, la guerra que estalló en los estados costeños en 1875 etuvo ligada sin duda a la campaña electoral, así como otras del siglo en 1876, 1885 e incluso la Guerra de los Mil Días
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