La oferta de servicios de salud planteada por el Estado a través del Sistema Nacional de Salud de Colombia, tradicionalmente se ha concentrado en las zonas urbanas, en sectores de población nucleada y economicamente está concebido para un mayor acceso por parte de las clases sociales que disponen de mejores recursos económicos. Se concede una atención marginal a la población rural dispersa donde la planificación en términos de cobertura se hace con base en la relación número de médicos-población existente, desconociéndose mínimos aspectos como densidad de población por kilómetro cuadrado y donde prácticamente se ignora a los indígenas en la concepción misma de los programas. Las condiciones sanitarias de esta población son particularmente críticas. Este trabajo cuestiona el papel que ha asumido la antropología, dentro de los equipos de salud encargados de la elaboración y desarrollo de programas de salud para las comunidades indígenas
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