Los procesos migratorios muestran la importancia de las estructuras de parentesco en el mundo contemporáneo. Esto se observa tanto en la movilización de la población rural a las ciudades, como en la migración internacional. Las redes de parentesco constituyen, además, un elemento significativo que ayuda a los inmigrantes a conseguir empleo y vivienda, integrarse a la sociedad de acogida o, por el contrario, preservar la diferencia étnica en los lugares de destino. A través de estas redes las comunidades se extienden más allá del lugar de origen al que habían estado confinadas y se establecen flujos de comunicación e intercambio de mensajes, bienes y servicios, tanto como de vínculos sociales. En este artículo se analizan los atributos que definen la pertenencia comunitaria, los cuales se relacionan directamente con la filiación parental. Asimismo, se busca mostrar cómo las pautas matrimoniales aseguran la reproducción de dos comunidades mazahuas que han rebasado sus límites territoriales tradicionales a causa de la migración. Para ello, se tiene como sustento trabajo empírico llevado a cabo entre los miembros de dichas comunidades radicados en la Ciudad de México