Este artículo examina cómo el consumo de recipientes domésticos permite a las mujeres desde del Delta Interior del Niger de Malí negociar las economías políticas de su entrada am matrimonio. El esmalte que sirve a los recipientes son los elementos centrales de los ajuares de boda que decoran las casas de las mujeres durante los primeros años de su matrimonio. Sugiere que estos objetos fijan el poder social y económico de la esposa de una manera que la protege de la explotación de un hogar patriarcal. El uso del esmalte proporciona un ejemplo de cómo puede ser la propiedad "material" aprovechada para crear nuevo sentido de sí mismo en las fases de la liminalidad social. En términos más generales, este estudio de caso muestra cómo las mujeres se benefician de la ambigüedad inherente a los bienes del consumidor, en contraste con el control patriarcal de su trabajo y sus ingresos
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