La ncesaria pero compleja relación entre memoria e historia sirve como telón de fondo para reflexionar sobre la situación actual de la disciplina en el país, signada por los intentos de distintos poderes por silenciar el pasado. Los más notorios intentos son el presentismo que permea a nuestra sociedad y el radical cuestionamiento a la posibilidad de conocer el pasado en aras de desechar el objetivismo. El ensayo concluye con un llamado a renovar el papel del historiador, oficio necesario en toda la sociedad humana, pero más en la nuestra que arriesga continuamente a hacer borrón y cuenta nueva
There are no comments on this title.