En una carta escrita por José Ignacio de Pombo y dirigida a José Celestino Mutís comunica que se ha comprado una casa para consulado y que se establezca en ella una escuela de dibujo, otra de pilotaje y matemáticas, la imprenta, jardín Botánico, lecciones de ciencia y en adelante podrán hacerse otros establecimientos útiles. Se pensará en un observatorio astronómico, estudio de mineralogía y de química. Se aprovecho esta propuesta para levantar planos de un plan de viaje para el reconocimiento de los caminos y ríos del reino. Una vez aprobada la creación de la escuela por el rey, se iniciaron los preparativos de apertura y entró en funcionamiento en septiembre de 1810.
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