La obra tiene la intendión de dar cuenta de la otra historia-memoria no oficial, n i confesional, aspirando a explorar la voz de los que no han tenido el espacio ni los medios para ser escuchados. Trata de reconstruir esta otra historia-memoria, a manera de una contra-memoria que por siglos ha estado impedida y se ha denominado 'De la idoloclastia o de la religiosidad negada'. Intepreta el dilema o ruptura de las formas de religiosidad colonial y el contexto y escenario festivo-religioso de la República. Trata del siglo XX de la hegemonia conservadora (1900-1930), periodo caracterizado por enfrentamientos políticos y religiosos entre liberales y conservadores y por último resalta los contextos religioso-festivos en el marco de los procesos partidistas que reviven y fortalecen la relación Iglesia y Estado, en medio de la controversia moral y social ante las formas de expresión de la modernidad y la secularización
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