El terreno presenta una composición estratigráfica bastante homogénea con algunas variaciones menores de presencia/ausencia de matriz de roca meteorizada/bloques pequeños a diferentes profundidades y caracterizados por corresponder principalmente a materiales arcillosos con presencia de arena y limo en tercer nivel, lo cual permitió acelerar el proceso de prospección dado que los suelos presentaron características que facilitaron la apertura de cada pozo. No obstante lo anterior, y sustentados en el análisis espacial (de patrones de asentamiento) y paisajístico (reconocimiento de zonas con potencial de ocupación arqueológica), se concluye entonces que en toda el área intervenida sin hallazgos arqueológicos, las posibilidades de hallazgos fortuitos no se reducen a cero, basados en la configuración del paisaje y la geomorfología de la zona donde se encuentra el área intervenida (considerada como una Terraza Media), así como en los testimonios y conversaciones con diversas personas de las comunidades adyacentes.