El Carnaval de Barranquilla, es el Carnaval del nuevo mundo, fue el principio de la renovación mítica del occidente, el territorio de encuentro de tres culturas, una aurora sangrienta atravesada por la espada y la cruz, un sueño con ríos de oro y plata, mares de perlas, con guerreros emplumados, esparciendo sobre las lagunas, el dorado polvo para ofrendar a sus dioses. Fue el nuevo territorio del negro, arrancado de su primitiva África encadenado en las bodegas de barcos negreros. Fue el continente mítico donde el ambicioso expedicionario quedó atrapado en la magia del Caribe, el mar de los encuentros, fue sobre todo el brutal choque de una cultura de la palabra escrita y dos culturas de tradición oral. La memoria colectiva es alimentada por la tradición oral y el carnaval funciona como espacio antropológico de tradiciones milenarias que reconstruyen y caricaturizan el dolor, las creencias y el universo circundante que rodea Barranquilla.