La rebelión más grande en la historia del imperio estadounidense de España, un conflicto mayor en territorio y más costoso en vidas que la Revolución estadounidense contemporánea, comenzó como una revuelta local contra las autoridades coloniales en 1780. Como recaudador oficial de tributos para la corona imperial, José Gabriel Condorcanqui había visto de primera mano lo que significaba el dominio español opresivo para la población indígena de Perú. Adoptando el nombre real inca de Tupac Amaru, puso en marcha eventos que lo convertirían en la figura revolucionaria más icónica de América Latina. Los objetivos políticos de Tupac Amaru fueron modestos al principio. Afirmó actuar en nombre del rey español, expulsando a los españoles corruptos y aboliendo los impuestos onerosos. Pero la rebelión se volvió cada vez más sangrienta a medida que se extendía por todo Perú y en partes de la actual Bolivia, Chile y Argentina. A fines de 1780, Tupac Amaru , su esposa Micaela Bastidas, y sus seguidores habían derrotado a los españoles en numerosas batallas y habían ganado el control de un vasto territorio. La rebelión arrasó las aldeas indígenas para conseguir reclutas y derrocar a los corregidores españoles, se difundieron rumores de que los incas habían regresado para reclamar su reino
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