En la primera mitad del siglo XX, los campesinos acosados por la violencia política, el desarrollo de la agricultura comercial y el avance latifundista en el interior del país llegan a establecerse en esta zona hasta ese entonces vedada a la colonización. Durante los años 60 y 70, la zona empieza a producir un volumen considerable de bienes agropecuarios, que, mediante el cambio de no equivalentes los comerciantes se encargarn de hacer llegar al interior del país para abastecer la demanda en expansión del sector moderno de la economía. Así se va conformando una comercialización de doble vía que permite una no despreciable acumulación de capital que, a costa del trabajo familiar de la colonización, beneficia a la estructura comercial. Buena parte del desarrollo de Granada, San Martín y Villavicencio se relaciona con este proceso
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