El inicio de una nueva era, siglo o milenio es un momento especialmente bueno para traer una nueva perspectiva sobre las relaciones existentes desde hace mucho tiempo, y para despertar la creatividad social y nuevas tentativas en la justicia social. Uno de los temas perdurables en el corazón de la sociedad ha sido el papel y la capacidad potencial que la religión puede desempeñar en el desarrollo de políticas sociales, en las decisiones jurídicas y legislativas, y en los esfuerzos humanitarios. El interés de la religión con las políticas sociales ha representado una oportunidad para repensar los dilemas que se enfrentan cuando se toma en serio la diversidad cultural, política y ética. Los capítulos en este libro tratan no sólo la diversidad de la participación de la religión en la política social, sino también exploran algunas cuestiones teóricas claves y los problemas que intervienen en la construcción de una política social que permanezca coherente y justa cuando se aplique en un contexto multicultural y global
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