La mezcla racial, o mestizaje, ha desempeñado un papel fundamental en la historia, la cultura y la política de América Latina. El libro se basa en un estudio de investigación multidisciplinario en México, Brasil y Colombia. Muestra cómo las élites latinoamericanas y los observadores externos han enfatizado el potencial democratizador de la mezcla, describiéndolo como un recurso útil para abordar los problemas de racismo (alegando que la mezcla racial deshace la diferencia racial y la jerarquía), mientras que los científicos latinoamericanos participan en esta narrativa con afirmaciones genéticas. Los estudios de mestizos pueden ayudar a aislar los contribuyentes genéticos a la diabetes y la obesidad y mejorar la salud para todos. Wade argumenta que, en el proceso, la genómica produce versiones biologizadas de la diferencia racializada dentro de la nación y la región, pero un enfoque comparativo matiza la idea simple de que las sociedades altamente racializadas dan lugar a una genómica altamente racializada,y examina las tensiones entre la mezcla y la pureza.