En discusiones acerca de los indígenas norteamericanos/primeras naciones y la práctica de la arqueología en Norteamérica, las cuestiones se presentan generalmente de una manera polarizada con los indígenas norteamericanos por un lado y los arqueólogos por el otro. Con frecuencia la literatura discute cómo los arqueólogos deberían modificar su práctica en respuesta a las necesidades de las comunidades indígenas norteamericanas. Muy poco de esta literatura tiene en cuenta los roles y los desafíos que enfrentan los arqueólogos amerindios que decidieron practicar la arqueología. Este artículo trata esta última cuestión examinando el trabajo entre las comunidades de los pueblos originarios en Ontario, Canadá. A trávés de la óptica de la 'experiencia vivida', examina el inter juego de la identidad, las historias personales y de la comunidad, y la situación contemporánea con las comunidades de las Naciones Originarias con las que se trabajó, teniendo en cuenta de qué manera el conocimiento desde 'adentro' puede ser útil y a la vez una desventaja en el trabajo de campo