La inmigración de extranjeros que experimentó la región antioqueña, durante el siglo XIX y primeras dos décadas del XX, se caracterizó por su selectividad en cuanto al origen nacional, grado de calificación, capacidad de adaptación y actitud favorable frente a la cultura regional. Ante el evidente fracaso de las políticas inmigratorias del Estado, los antioqueños trajeron sólo a aquellos inmigrantes útiles a la modernización del sector productivo, la educación básica, técnica y superior, y la construcción de caminos y vías de comunicación. Este artículo resalta dichos aportes, y afirma que la estrategia de inmigración selectiva fué exitosa, pero considera que falta ver la otra cara de la moneda, la de los inmigrantes no deseados, los que llegaron por su propia cuenta
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