Los programas de manejo del patrimonio cultural inmaterial tienen entre sus asignaciones, identificar, rescatar, revalorar, conservar y estimular el mantenimiento a través del empleo, la práctica y el ejercicio vivo de lo considerado como bien patrimonial arqueológico. La riqueza cultural andina consiste en un emporio de sistemas vernáculos, originales como connotaciones específicas de todas y cada una de las sociedades que se acogieron a los ámbitos del macizo montañoso andino, y que en la actualidad, todavía permanecen "refugiándose" entre sus delirantes y disímiles topografías. A ello se suman a aquellos etnias que siendo de origen foráneo, "otredad" que se le asignó en un primer momento, pero que más tarde hallaron su propia identidad dentro de terruño adoptivo.
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