Al iniciarse el período republicano, Barranquilla era tan sólo un modesto caserío de pescadores y vaqueros, que hacía las veces de un puerto fluvial de poca importancia, y de puerto marítimo de tercer orden. No obstante, el promediar el siglo XIX se había convertido en el primer puerto marítimo y fluvial del país, y en uno de sus principales centros comerciales e industriales. Entre los factores sociales que incidieron en la rápida transformación, existe uno que se destaca: la presencia de un núcleo de inmigrantes extranjeros que progresivamente se fue instalando en la ciudad
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