La historiografía moderna sobre el Michoacán de fines del siglo XV y principios del siglo XVI enfatiza el éxito político-económico de los tarascos y de su principal linaje uacúsecha pero dedica relativamente poca atención a los demás grupos étnicos que radicaban en la región. Este artículo trata de la naturaleza y fuerza de las tradiciones históricas nahuas de Michoacán, con especial atención para el caso de Tzintzuntzan-Huitzitzilan, lugar que al momento de la conquista española era la capital del señorío Uacúsecha. La presencia de los nahuas y su interacción con los tarascos no sólo llegaron a formar parte de las diversas visiones locales del pasado sino también tal vez hayan influido las miradas históricas de los vecinos nahuas del occidente y centro de México, quienes en sus narraciones de origen, migración y establecimiento de sus propios señoríos frecuentemente establecían una relación directa con el poblamiento de Michoacán. Estas tradiciones históricas claramente cumplen fines de legitimación y constituyen una compleja mezcla de registros de determinados sucesos, representaciones cosmológicas, así como símbolos religiosos y políticos
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