Las relaciones que componen el presente volumen, publicadas con el título de La conquista de Tenochtitlan, recogen los tesmimonios personales de tres castellanos y un andaluz que participaron en el descubrimiento y conquista de México. Sus autores tomaron la pluma por diversos motivos; Díaz lo hizo para informar a las autoridades peninsulares de los resultados obtenidos por la Armada, que exploró suelo mexicano en 1518. Andrés de Tapia escribió, a instancias de López de Gómara, unos apuntes que servirían al capellán de Hernán Cortés para redactar La Conquista de México. Francisco de Aguilar escribió presionado por unos jóvenes frailes dominicos, que le pidieron dejara constancia escrita de sus hazañas antes de fallecer. Bernardino Vázquez sólo sintió veleidades literarias cuando necesitó poner de relieve ante la Corona sus méritos y servicios. Sin embargo, estos relatos tan variopintos y contradictorios, tan subjetivos y contrapuestos entre sí, tienen un nexo común: su gran humanidad.