Innumerables casos narrados por mujeres víctimas de las Farc, demuestran como los estereotipos y paradigmas que han servido para discriminar, excluir y controlar a las mujeres en el país, se magnifican en el conflicto y se transforman en prácticas en las que la mujer no es tratada como un ser humano, digno de respeto, sino que se trata como un objeto, cuyo cuerpo no es otra cosa que una propiedad de los hombres de la guerrilla, sobre el que mandan, golpean, violan y asesinan. Las mujeres víctimas del conflicto son utilizadas por las Farc como un objeto de diversión, pero también sus cuerpos son herramientas de venganza a quienes violan y maltratan para afectar a sus enemigos. En las filas de las Farc, las niñas desde los 12 años son obligadas a tener relaciones sexuales con los superiores, son tratadas con desprecio y humillaciones como esclavas domésticas, obligadas a tomar anticonceptivos desde los 12 años y en caso de embarazo, obligadas a abortar a costa de su propia vida.